“Ve a aprender.”

06/04/2023

Ella me veía a los ojos y me dijo, "Ve a aprender." Mi mamá me lo dijo con una voz fuerte, pero con la energía de un susurro. Me lo dijo en la manera que uno le diría a un héroe quien iba a entrar al capítulo final, al reino más bonito. Me lo dijo como si fuera un imperativo y un deseo con la parte más baja del corazón.

A aprender. Estas fueron las dos palabras que mi mamá me dijo cuando iba a la escuela. En esos momentos, me sentía la más capaz de aportar todo mi potencial en la vida. Además, sabía que mis experiencias no solo me importaban a mí, sino también a mi mamá, quien me escuchaba y comentaba mientras yo relataba mis pensamientos y observaciones. Lo que aprendí de esas jornadas diarias se convirtieron en mis contribuciones a mí misma, a mi familia, a la sala de salón, y ahora al mundo. Acumular conocimiento es una responsabilidad que he escogido, aunque fue una pasión que mis compañeros no compartieron. Me siento recompensada porque el mundo me regresa lo que yo pongo.

Menciono mis experiencias anteriores en la escuela porque aunque he aprendido mucho de mis maestros, no sentía que estaba aprendiendo de mis compañeros. Yo creía, que sería posible convencer a mis compañeros de sentirse tan apasionados como yo. Que sería posible impactar el entorno del salón de clases. Pero ellos siempre tenían razones para no estar motivados, y no había nada que yo pudiera hacer para cambiarlo. Simplemente fue un asunto en que estuvimos separados. Yo tengo mis prioridades y ellos tienen las suyas. Hasta mi llegada a Alemania, nunca pensé que yo podría unirme a una clase dónde no tengo que hacer tanto esfuerzo. Estoy escribiendo este artículo porque quiero contarles mis experiencias.

En general, el salón de clases es igual, en los Estados Unidos, China, o Alemania. Hay un maestro o una maestra. Él o ella enseña a los alumnos. Pero, en Alemania, estoy reconocida por los maestros e incluso los estudiantes. No solo como un participante, sino también por mi pasión a los estudios, mi conocimiento, y mis preguntas inesperadas. En mi opinión, las clases en Alemania son de mejor calidad porque la clase está representada por alumnos inclusivos, considerados y apasionados por el estudio.

Una vez en la clase leí algo en chino. Como yo fui la única con experiencia estudiando este idioma, yo sabía que estaba tomando el riesgo de ser percibida como una "presumida," así sería percibida en los E.E.U.U. Esta vez fue diferente, estoy en Alemania. Los alumnos alrededor de mí reaccionaron con sorpresa, mirándome con sonrisas. No sabían que yo podía hablar chino. Yo ya no solamente estaba observando mi nuevo ambiente, ahora era parte del ambiente de la clase. Así me siento cuando voy a mis clases, porque la mayoría de los alumnos en mis clases en Alemania son así. Me siento incluida de una manera definida, en la palabra inclusividad. Esta versión de inclusividad abre el espacio del juicio, el mío y el de mis compañeros. Nos ayudamos el uno al otro a mejorar, y además estamos aprendiendo juntos. No soy la única a participar, y encuentro muchas veces que alguien más contesta antes que yo, a diferencia a los E.E.U.U. Cuando los demás participan, me hace muy feliz. Estoy muy orgullosa de nosotros. Siento que estamos conectados por la información que estamos aprendiendo. La experiencia de ese vínculo fue inesperada para mí.

Durante mi tiempo en Alemania, no me esperaba encontrar un ambiente educativo tan saludable. O mejor dicho no sabía que me iban a permitir ser parte de la clase. Entonces, ya puedo decir, "ve a aprender". Este es mi mensaje para las personas quienes se sienten distanciadas de los demás por el conocimiento que han obtenido. Un día este conocimiento te llevará a un lugar con gente que se siente como tu y quiere colaborar contigo. "Ve a aprender." Sería también, un honor aprender a tu lado.