Presente conmigo misma

12/15/2022

Estudio en el extranjero #1C: Carleton College, un programa para estudiar las mujeres y los géneros localizada en los Países Bajos, Alemania, la República Checa, y Polonia.

Cuando les escribí la última vez sobre mis metas personales en el artículo "El Primer Año'', una de ellas era vivir en el presente. Es muy difícil hacerlo cuando el corazón y la mente están por todos lados, salvo que el lugar y el tiempo actual. Aunque mis prioridades de familia y viaje parecían que estaban en desacuerdo, empecé a encontrar un equilibrio que me beneficia. Este verano me di cuenta que puedo aprender dónde sea. Este otoño, descubrí lo importante que es encontrarme en mi eterna complejidad humana.

Las sorpresas y las novedades de un lugar nuevo capturaron mi atención. Sin embargo, aún la bonita ciudad de Praga se convirtió en una memoria que desaparece lentamente cuando me embarco en los tranvías con mi música o un audio libro. Incluso la monotonía quería una invitación al evento que es mi vida. ¿Cómo pudiera yo negar la entrada a mi vida a un viejo amigo?

Todavía sentía que podía hacer más con el regalo del tiempo, del lugar, y de la compañía alrededor de mí. Eran esos sentimientos, sin embargo, que me permitían tener conversaciones con mi misma, encontrar un término medio entre las experiencias que yo esperaba tener y las que yo realmente pudiera tener, dado las circunstancias. Aunque nadie puede decir cómo se reacciona en cualquier futura situación, estoy orgullosa de haber llegado a este punto de mi jornada. 

Inesperadamente, a veces la monotonía y la novedad encuentran un término medio. Cuando sentía que desperdicié el tiempo, aprendí un nuevo talento. Aprendí a andar en patineta y a dibujar. También regresé lo más posible a un lugar familiar que me reveló algo nuevo cada vez (doy un reconocimiento a Tempelhoferfeld en Berlín y el puente de Carlos en Praga).

Reemplacé la nostalgia del hogar con algo más provechoso. En vez de desear que un amigo o un familiar estuviera conmigo, imaginé lo que ese individuo hubiera dicho del sitio. Aunque yo estaba sola, me sentía mucho más acompañada de lo que esperaba. Yo sabía que un día esta persona me diría lo que piensan de verdad del lugar. Eso me dejó con una promesa optimista de conexiones y conversaciones futuras con los que amo. Es mi manera de enfocarme en el presente con la decisión que hice de separarme del camino, en el que yo caminaba junto, a mis queridos, por tanto tiempo. De esta forma, aún en nuestros propios caminos y a una distancia, podemos seguir viendo y saludándonos el uno al otro. Incluso al otro lado del Atlántico, tenemos su influencia.