Estudio en el extranjero #1

Estudio en el extranjero #1A: Carleton College, un programa para estudiar las mujeres y los géneros localizada en los Países Bajos, Alemania, la República Checa, y Polonia.
Durante mis estudios, viajé por Europa con un grupo de catorce compañeros y una profesora. Estudiamos cómo las reglas afectan a las mujeres y a las minorías en cada país, comparamos diferentes culturas políticas e historia por todo el mundo.
Enfocaré mi primer artículo sobre los eventos principales durante las lecciones y los viajes. Un día, publicaré mis notas, las cuales escribí sobre mis experiencias, y las compartiré con uds..
El 25 de agosto al 12 de septiembre: Utrecht, Amsterdam, y Rotterdam
Visité muchos sitios históricos, como el DomUnder y el Kasteel de Haar (el castillo de Haar). Encontré un café cerca dónde los nerds de lenguaje como yo se encuentran juntos para practicar el lenguaje. Durante mis lecciones y los recorridos con activistas o profesores en el area, aprendí más sobre el trabajo sexual, el colonialismo, el feminismo, y las policías medicas y legales que afectan las minorías en el país. También aprendí sobre los momentos más impactantes de la historia de cada ciudad y comí queso y chocolate asombroso.
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El canal de Utrecht. Paseamos en botes de remo por el canal, todo el grupo, en la primera semana.
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Diambulé por un poster en el parque. Significa que los perros pueden jugar libremente.
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Un stroopwafel (un gofre de jarabe) que encontré en un mercado campesino.
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FEBO, comida rapida en los Países Bajos.
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La vista por la parte superior de la DomTor (la Torre Dom)
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La Catedral de Saint-Martin
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La Catedral de Saint-Martin
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Un depósito de agua en un distrito residencial.
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Una estatua de Anne Frank en Utrecht. Pasaba por esta estatua en camino a clase. Cada día había nuevas flores depositadas enfrente de ella.
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El canal de Utrecht.
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Mi desayuno.
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Un boleto de tren en camino al Kasteel de Haar. Estaba maravillada del sistema tan eficiente de transporte público en Europa, y olvidé bajar en la parada correcta.
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Kasteel de Haar. Pasé todo un domingo allí.
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Kasteel de Haar.
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El cocinero creó un modeló del castillo “Kasteel de Haar” con azúcar.
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Un túnel escondido que encontré cuando yo fui a caminar por la ciudad de Utrecht la ultima vez.
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Un molino de viento en Utrecht.
El 17 de septiembre al 15 de octubre: Berlín, Alemania
Mi introducción al país era nuestro conductor del autobús, Hannes, quien solo habla alemán. Tuve la más memorable experiencia, interpretando la conversación para mi grupo cuando la ocasión surgió. Yo hablé con Hannes por un período muy largo, el más largo que he tenido fuera de mis sesiones de práctica con un profesor o con una computadora. Aunque me sentía exhausta durante ese punto de la jornada, yo sentía que estaba en el lugar perfecto, no había otro lugar mejor, dónde yo pudiera estar. Una vez más, yo estaba en mi elemento, me encontré a mí misma. Todas mis visiones que tuve del futuro se hicieron realidad.
En Berlín, empecé a meditar para lidiar con mis sentimientos. También, conocí a unos ex alumnos de mi universidad. Me sentía contenta de tener conexiones en un lugar tan grande. En adición a mis clases, esas experiencias me permitían aprender sobre la ciudad desde las perspectivas de los que viven allá.
Durante mis lecciones, aprendí sobre temas como la historia de Berlin del Oeste y Occidental, el Holocausto, el colonialismo, las teorías del feminismo y queer, y el socialismo.
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Nuestra primera parada en una tienda alemana.
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Una mañana caminando por una ruta en camino a clase.
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Una pantalla en el metro de Berlin. Pasaba mucho tiempo aprendiendo aleman en esta pantalla que enseña noticias e información cultural.
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Calcomanías pegadas en la ventana.
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Un edificio “creativo” en lo que antes era Berlin occidental.
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Una estación del metro en Berlin.
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Una estación del metro.
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Un reloj “international” a lado de Alexanderplatz. No podían viajar fuera del region sin permiso.
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Un canal cerca de dónde vivía.
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Mineralwasser.
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Mi primer día aprendiendo como andar en patineta.
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Uno de las pistas de Tempelhoferfeld.
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Un pastel.
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¡Pan de panadería alemana!
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El aeropuerto de Tempelhofer. Con el tiempo acabé haciendo una visita al interior.
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Tempelhoferfeld.
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Estación de metro cerca de KaDeWe (Kaufhaus das Westens, el centro comercial del Oeste)
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El raíl de cremallera cerca del spa de Bad Saarow.
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Sillas altas de Tempelhoferdfeld. Me sentaba en ellas para meditar.
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Un tablón de anuncio encontrado durante mi visita al aeropuerto Tempelhofer.
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Berlin.
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Subway station.
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Mi primer desayuno y bienvenida en nuestro alojamiento.
El 15 de octubre al 18 de noviembre: Praga y Olomouc, la República Checa
Durante el viaje a Praga, no podía anticipar las memorias increíbles que yo tendría. Nuestra primera noche en Praga, conocí a un nuevo amigo que a él también le gustan las lenguas y tiene una imaginación increíble. Poco después, conocí a un ex alumna de mi universidad, de la clase de 1972. Me compartió sus perspectivas sobre lo que aprendí en mis clases. Además, visité una cena medieval y conocí a un grupo de viajeros como yo, incluyendo otra americana que entendía mis ansiedades en este punto de mi jornada, me ayudó a enfocarme en el presente. Durante mis clases, aprendí más sobre la historia de la República Checa y la Revolución del Terciopelo de 1989.
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La vista de mi ventana en el hotel.
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El subterráneo de Praga.
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La vista por el parte superior de la Torre del Ayuntamiento.
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Mi primera experiencia en un coche de caballos.
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Un tranvía. Tengan ciudado, los tranvías van muy rápido y no paran por los peatones.
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El museo de la tortura.
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El museo de alquimia.
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El museo de alquimia.
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El museo de alquimia.
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La vista caminando en El Monte Petřín. Era una decisión espontáneo ir a ver a la torre. Vale la pena ir, a ver la torre, porque la vista bajando de la colina es muy bonita.
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El museo de alquimia.
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La vista desde Monte Petřín.
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El Puente de Carlos.
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Un día nublado sobre el puente de Carlos antes de ir a clases.
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El Puente de Carlos.
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Un mapa comunista del mundo en el segundo refugio atómico más grande de Praga. El refugio más grande de Praga es el sistema de metro publico.
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Mi última noche in Praga bebiendo té y probando dulces.
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Parte del Castillo Bouzov cerca de Olomouc.
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Una estatua comunista.
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Javoricske jeskyne
El 19 de noviembre al 22 de noviembre
Antes de llegar a Krakow, paramos en los campos de concentración, Auschwitz I y II.
Pasamos los últimos días de nuestro programa en Kraków, Polonia. Yo ya había terminado mi investigación individual que formaba parte del requisito del programa. Yo me sentía libre para disfrutar de mis viajes. Yo me convertí en una tourista a todo mi esplendor.¡Descubrí qué hay nuevas historias detrás de cada rincón! Visité el mundo subterráneo (excavado desde 2005 a 2011) y las minas de sal, Wieliczka. Además de probar lo más posible de platos polacos, también me sentaba en muchos cafés y dibujaba cuadros digitales. Puedo decir que aproveché estos últimos días, en la bonita ciudad de Krakow.
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Una librería polaca para niños
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Un tranvía de Cracovia
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Los baños en un restaurant de pierogi.
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Probando pierogi por primera vez.
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Fui a dos conciertos de Chopin. Me aportaron tranquilidad.
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Dibujando en el café.
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Un cartel afuera de un bar.
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El subterráneo.
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Basílica de Santa María
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Comiendo pierogi dulces.
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Comiendo afuera con el grupo en el barrio judío de Cracovia.
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La Basílica de Santa María por la noche. Fui por todos lados de la catedral para oír el trompetista tocar, él toca cada hora.
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Mi experiencia dulce en una panadería polaca.
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Las minas de Sal, Wieliczka.
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Las minas de Sal, Wieliczka.
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Las minas de Sal, Wieliczka.
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Chocolate caliente y un pastel de queso.
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Una sopa roja de betabel. También probé mis pierogi favoritos, de champiñones con chucrut.
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En camino a casa.
Últimamente, viajar es agotador. No estoy segura que me espera de la vida en el futuro. De todas maneras, puedo decir que yo he aprendido mucho más sobre el mundo, más de lo que yo anticipaba. Me sorprendí de mi habilidad de ser el tipo de persona que pueda conectarse con la gente que no conozco, que puedo seguir aprendiendo de un mundo, que parece más grande que lo que es en realidad.